domingo, 22 de marzo de 2015

Troodon

Montana, 1856, El Paleontólogo y naturista estadounidense Joseph Leidy descubre un afilado diente de un nuevo género que clasifica como lacertilia (lagarto) y le asigna el nombre de troodon (del griego diente que hiere). Tras esta primera clasificación del troodon como un lagarto de gran tamaño, en 1901 Franz Nopcsa lo reasigna como un dinosaurio megalosaúrido. Años después, en 1924, Charles W Gilmore sugirió que el diente pertenecía un Stegoceras (una especie de dinosaurio paquicefalosaurido). Finalmente en 1945 Charles Mortram Sternberg establece al troodon como un dinosaurio terópodo trodóntido.

El troodon vivió en lo que hoy en día es América del norte a finales del período cretácico superior, en el campaniano, hace aproximadamente 75 millones de años. Con unas medidas aproximadas de 2 m de longitud, 1,5 m de altura y un peso de unos 50 kg, este dinosaurio bípedo poseía un largo cuello así como una extensa cola y extremidades. Sus miembros superiores eran rotativos, como un ave y es posible que estuviesen emplumados al igual que el resto de su cuerpo. Tenía 3 dedos en cada mano y pie, los cuales presentaban forma de garra siendo el segundo de estos retraíble. Con sus ojos grandes situados en una posición ligeramente frontal, el troodon estaba provisto de una cierta visión binocular además de en 3 dimensiones, lo cual junto a su morfología le convertía en un gran cazador, probablemente de hábitos nocturnos. Se cree que su dieta se componía principalmente de pequeños mamíferos y reptiles, huevos y en ocasiones carroña. No se descarta la posibilidad de que también ingiriese plantas. La característica más interesante del troodon era su inteligencia, la cual era superior a la del resto de dinosaurios.

El paleontólogo canadiense Dale Russell tras estudiar un cráneo de troodon del museo nacional de historia natural de su país natal, en Ottawa, descubrió que dicho cráneo mostraba en su interior marcas del cerebro que presentaban pliegues, lo cual supone que este era 6 veces mayor que el de la gran mayoría dinosaurios, indicando al mismo tiempo que presentaba cierta complejidad comparable a la de algunos pájaros modernos. En 1982 Russell junto con Ron Séguin desarrolla un estudio que proyecta un futuro hipotético en el que los dinosaurios no se hubiesen extinguido conjeturando una posible trayectoria evolutiva de los troodon, los cuales tenían un enorme potencial ya que presentaban un crecimiento constante en su cociente de encefalización. Por lo que ateniéndose a la teoría de la evolución, de no haber existido la extinción de los dinosaurios el troodon podría haber evolucionado a una especie humanoide biológicamente reptil, a la cual llamaron “dinosauroide”.

La ciencia descubrió que el troodon existía hace 75 millones de años, sin duda alguna ese tiempo da para mucho… ¿y si sobrevivieron a la extinción masiva del Cretácico-Terciari llegando al estadio evolutivo superior de dinosauroide, habiéndose extinguido posteriormente o abandonado el planeta? de ser asi, ¿serian ellos los autores de ciertas construcciones antiquísimas a la par que misteriosas existentes en este orbe? ¿y si siguen en este planeta ocultos en su interior como prueba veraz de la teoría de la tierra hueca y de la existencia de seres intraterrenos? ¿Y si los anunnakis de la antigua religión sumeria existieron y no solo intervinieron genéticamente en la evolución del hombre sino que previamente hicieron lo mismo en la de algún dinosaurio como el troodon?

Sin duda lo que esta asombrosa hipótesis refleja es que la evolución a una vida inteligente reptil es posible, por lo que quizás en otro planeta de condiciones semejantes a la tierra la vida haya surgido en formas similares a las de este mundo y los reptiles hayan conseguido la evolución que el troodon no pudo alcanzar… o tal vez sí.



*Imagen: Reid, Iain James, Restoration of troodon. Drawn by hand, 2013.




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