Mosasaurus
es un género de saurópsido mosasáurido
que vivió durante el Maastrichtiense, en el período Cretácico (era Mesozoica),
hace aproximadamente 70-65 millones de años. Se han encontrado restos fósiles
de mosasaurus en todos los continentes siendo su presencia más abundante en
Europa Occidental y América del norte. Su nombre significa “Lagarto del Mosa”
ya que el primer espécimen fue descubierto cerca del río Mosa (llamado Meuse o
Maas en la lengua francesa y alemana respectivamente) Así pues la nomenclatura
de este extinto animal deriva de Mosa y del término griego saurios, que
significa lagarto. Cabe recalcar que el Mosasaurus no es un dinosaurio, ya que
estos últimos estaban constituidos por un grupo de saurópsidos caracterizados
por ser vertebrados terrestres, siendo el mosasáuridos saurópsidos acuáticos.
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Representación de mosasaurus |
En la
era Mesozoica el medio marino presentaba una gran hostilidad ya que estaba
repleto de grandes y excelentes depredadores. En este panorama vivió el
Mosasaurus coronando la pirámide trófica, siendo de esta manera el mayor
depredador de su entorno.
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Mapamundi del Cretácico tardío por Ronald Blakey |
Esta
condición sin duda la adquirió gracias a su excelente adaptabilidad al
medio la cual dotó a este coloso de las
aguas de una capacidad física letal. Al igual que el Tylosaurus y Hainasaurus (otros géneros de mosasaurios; no confundir este último
término indicador de una familia animal, con el de mosasaurus, que hace alusión
al género concreto que nos atañe) podía alcanzar longitudes de hasta 18 metros sin embargo, el Mosasaurus era
mucho más robusto que estos llegando a pesar 7 toneladas.
El
mosasarus poseía una gran capacidad pulmonar la cual le permitía permanecer
sumergido varias horas seguidas sin salir a la superficie a respirar. Su oído
estaba dotado de un sistema de amplificación extrema que le permitía percibir
los sonidos a gran distancia, si sentido del olfato también estaba altamente
desarrollado, con su lengua bífida podía oler en dos direcciones al mismo
tiempo. También tenía un grupo de nervios en la mandíbula superior que se concentraban
en el hocico, los cuales actuaban como sistema para captar la onda de presión
generada por el movimiento de la presa (algo similar a las líneas de
reconocimiento del gran tiburón blanco o la ecolocalización empleada por las
orcas). En cuanto a su mandíbula esta era de unos dos metros de largo, con ella
podía ejercer una fuerza descomunal con la que agarraba a su presa. Sin embargo
pese a estar dotado de números dientes afilados y conicos no masticaba sino que
engullía a sus presas. Al igual que muchos otros mosasauiridos o
mosasaurios poseía aletas en vez de patas, este dato
fue conjeturado por primera vez por el
biólogo alemán Hermann Schlegel.
Las dos aletas delanteras presentaban 5 dígitos y eran más grandes que
las traseras, que a su vez presentaban 4 dígitos. El tronco terminaba en una
larga cola, ancha y plana, que suponía la mitad de la longitud total del mosasasaurus,
la cual suponía su principal medio de locomoción en el agua, sirviéndose de ella para alcanzar velocidades
de 50 km/h.
Estas características le convertían en el mayor depredador
de su tiempo, era sin duda un gran sprinter, cualidad de la cual se aprovechaba
para tras permanecer oculto sorprender a sus presas. Se movía generalmente
cerca de la superficie pese a poder bucear hasta llegar a grandes
profundidades.
El mosasaurus mantuvo una gran competencia con el extinto tiburón ginsu
(similar al gran tiburón blanco pero de tamaño mayor a este, ya que alcanzaba
los 7, 5 metros de largo) y con los plesiosauros de cuello largo y corto,
especialmente con los primeros los cuales alcanzaban los 12 metros y tan solo
su cuello, compuesto de tejidos y músculos de gran dureza, pesaba dos
toneladas, pero pese a las excelentes cualidades depredadoras de sus rivales más
competentes, se impuso a ellos y elimino todo vestigio de rivalidad.
En cuanto a la reproducción de los mosasaurus poco se sabe,
cabe señalar que eran animales solitarios que tan solo buscaban a otros
congéneres para reproducirse.
Se sabe que en ocasiones los Mosasaurus se atacaban entre
ellos cuando coincidían. Estos enfrentamientos no atendían a fines alimenticios,
si no que atendían a una finalidad de eliminar competencia. Estas situaciones probablemente
se agudizaron a finales del cretácico tras la gran extinción, momento a partir
del cual escaseaba el alimento, pues se habían extinguido el 90% ciento de las especies
marinas y la competencia por comer era enorme, llegando al punto de que los
mosasaurus, situados en la cumbre de la pirámide alimentaria, se veían
encaminados a extinguirse. Así pues, la gran extinción (para la cual hay
numerosas hipótesis, desde un meteorito estrellado hasta un ataque
extraterrestre, pasando por un aumento de la actividad volcánica o por una
supernova) fue lo único capaz de acabar con el mosasaurus.
La
historia del hallazgo del Mosasaurus resulta muy interesante, ya que este fue
el primer genero de reptil prehistórico en ser nombrado por lo tanto, cuando
esto tuvo lugar el ser humano aun no tenía conocimiento de la existencia de los
dinosaurios.
Los
primeros restos de Mosasaurus descubiertos fueron los restos de un cráneo
hallado en una cantera del Monte San Pedro, una colina cercana a Maastricht, en
los Países Bajos. Este hecho tuvo lugar en 1764 siendo el descubridor Jean
Baptiste Drouin, teniente-coronel del ejército francés coleccionista de fósiles
y aficionado a la paleontología. En 1784 el fragmento de cráneo fue adquirido
por el Museo Teylers (arte, historia natural y ciencias) en Haarlem (Países
Bajos) en 1784. En 1790 Martinus van Marum, el primer director del Museo
Teylers (museo más antiguo de los Países Bajos) publicó un estudio en el cual describía
a la especie descubierta como “un gran pez que respira” algo similar a una
ballena.
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Mapa mostrando el caudal del río Mosa, Gran Atlas Geográfico Universal. Cultural, S.A. |
En la
década de los 70 del 1700 otros fragmentos de cráneo de mosasaurus fueron
descubiertos cerca de la ubicación del primer hallazgo por Johann Leonard
Hoffman, un físico holandés/alemán retirado quien escribió una carta al
profesor holandés Petrus Camper tratando
el tema de los restos hallados. Mientras Hoffman creía que el animal era un
gran cocodrilo, Camper concluyó que se
trataba de una ballena desconocida.
También a principios de esa década
(entre 1770 y 1774) se descubrió una nueva fracción de cráneo de mosasaurus en un terreno propiedad del canónigo Theodorus Joannes Godding, quien más tarde lo exhibió en su casa de
campo, situada en la ya mencionada colina del Monte San Pedro que se encuentra
próximo a Mastricht.
A finales
de 1794 la ciudad de Maastrich fue capturada por el ejército revolucionario
francés. Con las tropas francesas estaba el geólogo Barthélemy Faujas de Saint-Fond junto con el comisario político Augustin-Lucie de Frécine, que durante la campaña tenía como misión llevar cualquier
bien de valor científico o artístico a Francia. Ambos tenían conocimiento del
segmento de cráneo de Godding y se dispusieron a usurparlo. Percatándose de que
el cráneo había sido removido de la casa de campo del canónigo y escondido dentro de la fortaleza, se dice
que Frécine habría ofrecido 600 botellas de excelente vino a quienes localizasen el cráneo y se lo
entregasen intacto. En seguida le fue entregada la pieza a Frécine. A finales de
1794 el fósil fue trasladado a París como botín de
guerra, donde
fue declarado como patrimonio nacional y expuesto en el Museo Nacional de Historia Natural de Francia.
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Fragmentos de mandíbula del espécimen "gran animal de Maastricht", Muséum national d'histoire naturelle, París |
El
geólogo francés Barthélemy Faujas de Saint-Fond daba por hecho que el espécimen
representaba un cocodrilo de gran tamaño. Sin embargo en 1798 el hijo del
anteriormente citado Petrus Camper, Adriaan Gilles Camper, estudió el fósil que su padre había catalogado como
perteneciente a una nueva especie de ballena. Adriaan concluyó que los restos
pertenecían a un lagarto varano gigante y escribió en
1799 una carta a Georges Cuvier (naturalista francés considerado como el primer
gran promotor de la paleontología y la anatomía comparada) informándole de su estudio. Cuvier
en 1808 confirmó la conclusión de Camper. El fósil pasó a formar parte
de las ideas iniciales de Cuvier acerca de su teoría del catastrofismo o creaciones consecutivas (una de la
predecesoras de la teoría de la
evolución) Hasta el momento prácticamente la totalidad de los fósiles de
reptiles hallados, se interpretaban como especímenes similares a los contemporáneos
(cocodrilos, ballenas, grandes mamíferos terrestres, peces…).
La idea de Cuvier de que el espécimen de
Maastricht era una gigantesca versión de un animal actual diferente de
cualquier especie existente hoy en día resultaba extraña. Cuvier justificó esto
fundándose en sus técnicas del entonces novedoso campo de la anatomía comparada, con las que ya había identificado exitosamente a ejemplares gigantes
de otros grupos actuales conocidos tan sólo por sus fósiles.
Hasta
que en 1822 el paleontólogo, geólogo y clérigo inglés William Daniel Conybeare
lo nombró Mosasaurus, el espécimen fue conocido como “el gran animal fósil de
las canteras de Maastricht.
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Fossil of Mosasaurus, an extinct mosasaur,Ghedoghedo, foto tomada en Natural History Museum of Maastricht |